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"La difusión masiva de Internet en América Latina y el caso peruano"

Publicado: 2009-11-24

"La difusión masiva de Internet en América Latina y el caso peruano"

 Ana María Fernández-Maldonado

Universidad Técnica de Delft, Países Bajos

Noviembre del 2002

El objetivo de esta ponencia es dar una breve visión de la difusión (masiva) de Internet en otros lugares de América Latina, con el objetivo de posicionar el caso peruano, esperando invitar a la reflexión y al debate.

Si hablamos de la difusión masiva, tenemos que empezar señalando lo obvio: que la mayoría de la población de los países en desarrollo no puede pagar las conexiones domesticas a Internet. Esto no sólo es por el alto costo de la computadora misma y del software necesario, sino también porque los costos mensuales que la conexión implica están totalmente fuera del alcance económico de la mayoría de gente. Si no se puede pagar el teléfono, menos aún Internet.

Se da la terrible paradoja que la conexión a Internet es más cara en los países más pobres. En aquellos países con una deficiente infraestructura de telecomunicaciones e insuficiente conexión a los backbones internacionales, ubicados mayormente en África y Asia, el costo de un consumo promedio (20 horas de uso) de Internet es mucho más alto que el salario promedio.

El acceso público a Internet a precios al alcance de la mayoría es, por lo tanto, la única alternativa existente hasta ahora para proveer de Internet a la población de los países en desarrollo en forma masiva. Esta clase de acceso público está surgiendo lentamente en diferentes sitios del mundo en la forma de iniciativas comerciales de empresarios locales. En los países del Norte los cibercafés son muy caros porque trabajan con unos márgenes de ganancia mucho más altos y tienen un público reducido (turistas u hombres de negocios), ya que la mayoría tiene Internet en casa o en el trabajo.

 

Pero en los países pobres es otra historia. En la África sub-sahariana, por ejemplo, el acceso público es la única posibilidad para conectarse pues la conexión individual está fuera del alcance de casi todos, llegando en algunos casos a $ 250 por mes. En las ciudades más populosas de la China, de algunas partes de la India, de Indonesia, las Filipinas y Tailandia, los cafés Internet se establecieron rápidamente en las áreas centrales y comerciales para dar servicios a los turistas, hombres de negocios y los jóvenes adictos al chat y a los juegos online. En un reciente llamado de ayuda a los expertos en tecnologías de Internet para desarrollarlas en favor de los países pobres, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan (2002), citó los ejemplos de países tan diversos como Egipto, Kazaquistán y Perú, en donde centros de acceso público están conectando a la gente a Internet.

Las cabinas de Internet, cibercafés, o similares formas de acceso público a Internet son por lo tanto el producto de la demanda de Internet en ciudades populosas de países pobres o allí donde no hay posibilidad de acceso individual. Veamos que está pasando en los otros países de nuestra región. Si hasta hace un tiempo, Lima parecía ser una singularidad por su relativamente alta penetración de cabinas, cada vez hay más indicaciones que ésto se está extendiendo a otras ciudades. Ya se sabía que en Ecuador y Bolivia había cibercafés a precios reducidos, pero no contábamos con datos específicos. Pero recientes encuestas y observaciones académicas en cibercafés en Quito y en ciudades de México dan cuenta de que el fenómeno se está desarrollando de manera muy similar en esas latitudes, es decir, por iniciativa individual de empresarios del barrio, conocedores de la demanda local. Aunque su proporción es todavía menor que aquella que se observa en Lima, los cibercafés siguen creciendo gracias a la creciente demanda y debido a la competencia los precios van bajando. En Quito, ciudad de 1 millón 600 mil habitantes, de los 166 cibercafés registrados legalmente, el 56% tiene menos de un año de operaciones. El 40% de ellos cobra menos de un dólar por hora.

El público que asiste es también similar, sobre todo jóvenes y estudiantes de sectores medios, pero también se observa la presencia de sectores de menores ingresos. El público suele usar email y navegación, pero también mucho chat, llamadas por teléfono al extranjero, y trabajos escolares y universitarios. Los servicios adicionales que se ofrecen son también similares.

Existen algunas variaciones, desde luego, pero poco relevantes. Por ejemplo, en Buenos Aires hubo un aumento espectacular de la demanda de Internet paralelo al aumento de la dramática crisis de la economía argentina. Durante todo el 2001 se multiplicaron los locales ofreciendo Internet y ante este hecho la mayoría de los 1500 “locutorios” (locales para hablar por teléfono) decidió incorporar Internet como servicio adicional, bajando el costo por hora de $4 a $2. La profundización de la crisis ha agudizado la competencia y los precios han seguido bajando hasta un dólar por hora. Mediciones en enero del 2002 dan cuenta que estos locales, que florecieron en la Argentina durante el 2001, ya ocupan el tercer lugar en cuanto a puntos de acceso a Internet, desplazando a los centros educativos.

Si recordamos bien, la crisis económica a consecuencia del fenómeno del Niño y la crisis asiática a fines del 1998 hizo que en el Perú 10% de los abonados devolvieran el teléfono.

Fue poco después de eso en que los cibercafés a precios altos quebraron y las cabinas a precios reducidos empezaron a florecer en los barrios de Lima. La combinación crisis económica y aparición de locales de acceso público a precios reducidos parece repetirse ahora en la Argentina.

En las ciudades de Chile y Brasil el caso es diferente. Los cibercafés chilenos y brasileños generalmente siguen el modelo del cibercafés a altos precios, dando servicio en las zonas más prosperas de las ciudades, en las zonas comerciales y centros de negocios. Es de destacar que en ambos países el gobierno y los entes reguladores tienen una política clara y efectiva para el acceso universal. Chile tiene el nivel más alto de conexiones domiciliarias a Internet de América Latina, más del 20% de la población total . En Brasil, donde el crecimiento de usuarios de teléfonos e Internet ha sido notable y sostenido, el nivel de sofisticación en el uso de Internet (en banca digital, pago de impuestos online y votación electrónica) en la población es) ha establecido Infocentros y Telecentros Comunitarios para las poblaciones de escasos recursos. En ambos países hay auspiciosos programas que están ayudando a los más pobres a conectarse a Internet. El Comité para Democratizaçao de Informática ha abierto desde 1995, 208 centros de computación a precios muy bajos, beneficiando a 65 mil microempresarios, desempleados y jóvenes residentes de favelas (barriadas) de Río y otras ciudades de Brasil.

Dentro de este contexto ¿De qué estamos hablando entonces cuando decimos el “modelo peruano”? De un local de acceso a Internet originado por iniciativa local y a precios al alcance de gran número de gente. Lo singular del modelo peruano ha sido su carácter pionero. Si los cibercafés en Quito y Buenos Aires florecieron en 2001, les llevamos 3 años de adelanto. Por efectos de este adelanto, el número de cabinas existente en Lima y la proporción de público que las visita son altos en comparación con otras ciudades. Además, nuestras cabinas estarían proporcionando Internet a un buen porcentaje de gente de los estratos de bajos ingresos (Apoyo, 2001), lo que de por sí constituye algo muy beneficioso para el país. Además, gracias a su presencia seríamos los segundos en porcentaje de usuarios en la región, después de Chile, con un porcentaje de usuarios más del doble del promedio regional.

Pero no se trata de ser triunfalistas porque analizando otros indicadores el panorama no da para falsos optimismos. Lima es la quinta ciudad de América Latina en tamaño, pero también la más pobre de las cinco. El número de teléfonos por 100 personas es bajísimo, menos de la mitad del promedio de América Latina, y el número de conexiones domiciliarias a Internet y de hosts es también bajísimo. Simplemente no podemos pagar el teléfono por lo que Internet en casa no es una opción real. No nos queda más que recurrir a las cabinas que a la larga son más eficientes porque cumplen varias funciones a la vez: teléfono, correo, biblioteca, centro de aprendizaje, centro de juegos, etc. Hay en otros países quienes todavía dudan de la sostenibilidad económica de las cabinas o los cibercafés a precios reducidos, por sus pocos márgenes de ganancia. Pero mientras haya demanda insatisfecha las cabinas seguirán existiendo. De hecho, ellas ya forman parte del paisaje normal de nuestros barrios.

Esencial para entender la importancia de las cabinas es darse cuenta del papel que cumplen en la ciudad y de su potencial futuro. Entre sus varias cualidades ellas están proporcionando, especialmente en los barrios pobres, servicios que no existían y que son cruciales para la educación de nuestros niños y de las generaciones venideras. ¿Quiénes pueden pagar un libro? ¿En dónde están nuestras bibliotecas? Poco a poco la Red se ha convertido en una enciclopedia global y es fácil imaginar que en un futuro ella será la depositaria de virtualmente todo el saber humano. Esta ponencia ha sido hecha en su mayor parte con material extraído de la Red, o conseguida a través del email. Saber navegar y encontrar lo que queremos se ha vuelto indispensable y lo será más aún en el futuro.

La educación para la sociedad de la información que las cabinas están fomentando silenciosamente no le ha costado ni un centavo al Estado. Solamente por esa razón debería existir una política clara y efectiva para dar a las cabinas el lugar que se merecen en una estrategia para el desarrollo de nuestro país. Todos debemos poner el hombro. Facilitar el funcionamiento de las cabinas existentes y promover el establecimiento de nuevos locales en los barrios más pobres y alejados de nuestras ciudades debe ser una política tecnológica prioritaria. Evaluar sus progresos y retrocesos para poder ayudarlas en caso necesario, y examinar su potencial como instrumentos de desarrollo local deberían ser materia de investigación en nuestras universidades.

Si bien es cierto que el acceso que ellas proporcionan no es lo único sino sólo el primer paso hacia la sociedad de la información, la afinidad de los niños y jóvenes por las nuevas tecnologías hacen que ellos aprendan como jugando y eso hay que aprovecharlo, en vista de nuestros escasos recursos con que contamos. En la sociedad del futuro ya no son los recursos naturales sino los humanos los que cuentan. La creatividad de nuestro pueblo es inagotable, las cabinas son una prueba de ello, y eso nos da esperanza en el futuro. No desperdiciemos esta oportunidad de oro.

Felicito al CONCYTEC por la iniciativa de organizar este foro virtual, que sin duda dará un notable impulso a la reflexión sobre este tema crucial.

 

POSTEADO POR:

NOHELIA GUTIERREZ ESCAJADILLO.

 

 

 


Escrito por

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Colectivo de egresados y estudiantes de Arquitectura Urbanismo y Artes? Nos dedicamos a realizar Eventos,Investigaciones e Intervenciones en arch urb art? Nuestro interés egoísta: Espacios Más Humanos ?


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